La responsabilidad de tener ojos cuando los otros lo han perdido
“Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos. Ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven”
De repente, detenido en el semáforo aún cuando cambió a verde, no podía ver nada. Se quedó ciego. De allí en adelante, todo un país, por no decir humanidad, le aconteció una ceguera blancuzca de la que solo se salvó una sola persona.
Esa es la premisa de “Ensayo sobre la ceguera”, escrito por Jose Saramago. Novela la cual leí pensando que era en realidad un ensayo, y sin ningún criterio previo. Ahora entiendo que eso también hizo parte de la razón por la que ya catalogué el libro como top cinco lecturas del 2025.
Lastimosamente estás leyendo esta reseña y te robaré un poco de la magia de la lectura primeriza, si es que nunca has tenido el placer de toparte con esta increíble novela.
Estos son mis aprendizajes de “Ensayo sobre la ceguera”.
Ciegos o Ceguera
Es interesante tratar de definir si el problema central de la obra se trata de una ceguera que se transmitió, o de simplemente personas ciegas. Valídese que hay una gran diferencia entre estos.
El médico de la vista, uno de los personajes del libro, trató de definir la “la enfermedad” que tuvo el primer ciego. En su investigación encontró que la agnosia es la incapacidad de reconocer lo que se ve. Es altamente conocido que el cerebro es quien realmente ve. Sin embargo, la siguiente frase nos esclarece un poco más por qué no se trataba de una simple ceguera:
“La oscuridad en que los ciegos vivían no era, en definitiva, más que la simple ausencia de luz, que lo que llamamos ceguera es algo que se limita a cubrir la apariencia de los seres y de las cosas, dejándolos intactos tras un velo negro”.
Bajo esta premisa, la “ceguera” es negra, mientras que los ciegos de esta novela tenían un velo blanco, el cual causaba que no vieran. Esta diferencia, para mi entendimiento, marca fuertemente el hecho de que sus personajes eran ciegos, no que tenían ceguera, no de la manera tradicional, al menos.
Todos somos ciegos y estas cosas lo causa.
Jose prácticamente dijo que todos estamos ciegos. Pero si queremos dejar de estarlo, debemos reconocer algunas de las cosas que causan que nos mantengamos de esa manera. Algunas de estas son:
-El miedo nos ciega: “Ya éramos ciegos en el momento en que perdimos la vista, el miedo nos cegó, el miedo nos mantendrá ciegos”.
- Las ganas de aprovecharse de los necesitados nos ciegan: Después de que uno de los personajes ayudara al primer ciego a llegar a su casa, le robó el auto. Luego, también quedó ciego. “Lo que tampoco cambia es que unos se aprovechen del mal de otros”.
- Fijarnos solo en los demás: “Aquel hombre no debía de estar ciego, pensó, olvidando por unos instantes que también él lo estaba”. A veces nos fijamos demasiado en los defectos de los demás que nos cegamos ante los nuestros.
- Nos mentimos para no aceptar la realidad: “Lo que quería era fingir otra preocupación, lo que quería era no tener que abrir los ojos”. Preocuparnos por cosas que no controlamos, o que ni siquiera importan, aporta a nuestra ceguera, porque de esa manera nos distraemos de lo que deberíamos hacer o lo que debería importarnos.
- La desconfianza: “Así no se podía vivir, si no podemos confiar unos en otros, adónde vamos a parar.” Ser ciegos nos quita humanidad, por lo tanto, nos hace desconfiar de los demás. No hay que ser ingenuos, empero, se puede confiar en algunos, pero, sobre todo, ser de confianza.
- La mentira: “Así es el mundo, tiene la verdad muchas veces que disfrazarse de mentira para alcanzar sus fines”. Mentir nunca es bueno, y además de hacer que otros se cieguen más, nos estamos afectando a nosotros mismos a la vez.
- Las guerras: “Siempre ha habido peleas, luchar fue siempre […] una forma de ceguera”. “Los ciegos están siempre en guerra, siempre lo han estado”. Usar la violencia para defender ideales, ya sean políticos, culturales, religiosos o los que sea, es una forma de quedarnos ciegos. Nunca resuelve nada y solo trae sufrimiento a nuestros iguales.
- El egoísmo: “Aún está por nacer el primer ser humano desprovisto de esa segunda piel a la que llamamos egoísmo, mucho más dura que la otra, que por nada sangra”. Ser egoísta es solamente una forma de mentirnos a nosotros mismos, porque, a fin de cuentas, no somos más que unos simples ciegos como los demás.
- Vivir sin esperanza: “La ceguera también es esto, vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza”. Este es uno de los estados más críticos del ser humano. Usualmente cuando se vive así, existen actos atroces.
- Dejar de buscar la sabiduría y el conocimiento: “Algunos de estos ciegos no lo son sólo de los ojos, también lo son del entendimiento”. Dejar de perseguir la claridad mental y el conocimiento hace que nos dejemos cegar por las cosas banales que el mundo ofrece; que aquellas personas que se aprovechan de nuestra ceguera usan para entramparnos y mantenernos así.
La novela no solamente trató de abrirnos los ojos al mencionar las cosas que nos hacen ciegos. Sino que, también empleó en sus personajes acciones y filosofías que nos ayudarán muchísimo a salir de la ceguera.
Estos principios los comentaré en el siguiente artículo hablando de este libro. Compartiré contigo quiénes nos ciegan, por qué los dejamos hacerlo y la esperanza que tenemos todos aquellos que queremos realmente ver.